Con 74 años de historia en nuestro país, el Jeep Willys es uno de esos vehículos que marcaron historia por ser testigos mudos del crecimiento y desarrollo de nuestra tierra, desde todos los puntos de vista. Aún después de tanto tiempo, sigue siendo un símbolo inequívoco de la pujanza colombiana prestando sus servicios en fincas y pueblos, especialmente en la zona cafetera.
Por eso, al inaugurarse el nuevo Túnel de la Línea que une a los departamentos de Quindío y Tolima en un tramo de 8,65 kilómetros, este campero estuvo presente. Fue uno de los primeros vehículos que transitó por esta obra de infraestructura, que facilitará los recorridos por tierra desde Bogotá hacia el occidente del país.
Con la cordillera central como fondo, emergieron del túnel una serie de Jeep Willys ataviados con los diversos productos agrícolas de la zona, especialmente café, por supuesto. Los tradicionales camperos formaron parte de un desfile cultural basado en la cotidianidad de los habitantes de la zona.
Un Homenaje
La participación del Jeep Willys en este acto inaugural significó un gran homenaje al 4×4 norteamericano que, desde su origen, fue pensado para superar caminos con todo tipo de dificultad, justamente los que ahora se pretenden solventar al poner en servicio al Túnel de la Línea.
Cabe recordar que este todoterreno creado para uso militar llegó a Colombia en 1946, importado por el entonces Ministerio de Guerra. Pudientes agricultores de la zona cafetera fueron sus primeros compradores, quienes supieron explotar muy bien la relación de caja, tracción a las cuatro ruedas y capacidades ‘off road’ para potencializar la economía de la región.
Entre 1961 y 1976 la serie “CJ” del Jeep Willys se ensambló en la planta de Leonidas Lara e Hijos, en Bogotá. Su sucesor más reciente, el Jeep Wrangler JL, se comercializa en las vitrinas de la marca a nivel nacional.